Por Raúl Díaz Berlanga
Es
de dar mucha risa cuando alguien se jacta de algo y no puede sostenerse
de lo que dijo: ¡Gané, soy el triunfador! ¡Yo soy la ganadora! ¡Yo
gané!... y horas más tarde: ¡Que todo se anule! ¡Es culpa del crimen
organizado! ¡Gobernaré conciliando, ya no queremos más pleitos! ¡Gané
“aiga sido como aiga” sido! (Ah!, no perdón, eso lo dijo otro
superpersonaje de nuestro folklore mexicano) Bla, bla, bla y más bla.
La cosa es que nuestro país se desmorona a pasos agigantados y nadie le atina a lo que sigue.
¿Qué sigue?
En México, por lo regular, no sigue nada y al parecer, ya casi a nadie le importa lo que sigue. Casi nadie cree en nada.
Es
increíble observar como en tan sólo 50 años, nuestro país ha sido
devorado por un grupúsculo de granujas bribones y ladrones que no tienen
llenadero y a quienes sólo les importa atesorar y amasar dinero para
sus incipientes, insípidas y desabridas vidas.
Hemos pasado a ser de un país con grandes posibilidades de desarrollo, casi, a otro sin futuro.
En
cuestiones agrícolas por ejemplo ya ni siquiera figuramos en las
estadísticas, nuestro campo se encuentra totalmente abandonado, no
existe idea alguna para alcanzar la autosuficiencia, muchos productos
que consumimos, se compran en el extranjero.
Todos
y cada uno de los proyectos e instituciones que se han ido creando se
convierten, a muy corto plazo, en verdaderas cuevas de ladrones, el
saqueo ha sido devastador: CEIMSA, CONASUPO, PROCAMPO, SOLIDARIDAD,
OPORTUNIDADES, SEGURO POPULAR, PLATAFORMA MÉXICO, MEGABIBLIOTECAS,
CONACULTA, FONAPRO, FORNART, CONACYT, INFONAVIT, INDESOL, CORET y
LIMPIEMOS MÉXICO.
Propuesta
que se lleva a cabo, propuesta que se convierte en un elefante blanco,
que no sirve más que para crear y gastar presupuestos en beneficio de
unos cuantos y de muchos familiares.
Nuestros ferrocarriles fueron subastados, quedamos sin vías férreas. Los
bancos nacionales se vendieron al extranjero y quedamos a merced de los
usureros internacionales, el FOBAPROA nos hundió a todos en el peor de
los atracos al erario público y en contra de todos los mexicanos. Mexicana de Aviación está en vísperas de la quiebra. Nuestro
sistema carretero está totalmente expuesto no solamente al mal
servicio, sino colocando a los usuarios a merced de cualquier bandido.
La
creación de rescates financieros nos tienen hundidos a todos los
mexicanos en deudas externas estructuradas y pactadas en trampas
pantanosas mediante las cuales se han propiciado los atracos más
insensatos y despiadados de toda nuestra historia. PEMEX está tan desgastado que ya no hayan como darle jaque mate también. Luz y Fuerza del Centro fue desaparecida y todo tiende hacia la privatización. Los mexicanos, estamos cercados por unos cuantos infelices corruptos que tienen a la población al borde del desquiciamiento. Recuerdo
que en alguna ocasión en la que fui testigo de un naufragio en el que
mientras unos cuantos hacíamos el esfuerzo por no perecer, la gran
mayoría ya se habían agotado, estaban rendidos y sólo nos observaban sin
ayudar esperando venir lo peor.
Parece
que fue ayer nuestro último esfuerzo, México se volcó en las urnas como
nunca, los contendientes eran los de siempre: un liberal y un
conservador. A uno lo apoyaba el pueblo y al otro la iglesia y la clase
pudiente. Triunfó el liberal pero se la dieron al socio del dinero
(Casinos), oficialmente ganó el conservador. Ese
hecho, la marrullería en todo su esplendor, eso escindió al país,
exacerbó los ánimos y por supuesto, “aiga sido como aiga sido”, dio
inicio la debacle que todos padecemos hasta el momento actual. Sólo
faltaba el retorno de los mediocres y de miras cortas sustentados en
falsas creencias religiosas, para instalarnos plenamente en la desazón,
la desarmonía y la desesperanza. Pero
tan malo uno como el otro, porque los necios nacen, pero no sabemos
cómo Dios los junta, y mientras uno aparenta que hace el otro no se lo
permite, y en eso se la han pasado hasta las últimas fechas en el país:
nada se aprueba en el Congreso, no hay reforma completa que satisfaga a
nadie, todo permanece igual y el mundo avanza y nosotros estamos
totalmente rezagados.
Claro
que existe otro grupo de políticos señalados como reprobados por
abusivos, ventajosos, tramposos y corruptos que a últimas fechas han ido
resurgiendo como el ave fénix y cada día vuelan más alto. Todos
estos políticos descontinuados, mientras estuvieron fuera del poder, se
dedicaron a hacer trinquete y medio y armar un tejido social que les
pudiese asegurar su retorno al precio que fuera y están a muy poco de
lograr su objetivo. Vendrá una
cascada de propuestas más con la modalidad ahora de firmarlas ante
notario para después anunciarlas a la sociedad con bombos y platillos
como compromisos cumplidos.
La gente ya se le aprecia muy agotada, muy cansada. Sólo observan lo que ese grupúsculo hace. Ya varios de ellos han acudido a la sede del imperio del norte para ser calificados. Es
ahí, donde desde hace muchos años, desde el tiempo de Poinset y sus
jacobinos que se decide nuestro destino nacional haciendo risible
cualquier tipo de campaña política buena para nada, sólo para justificar
gastos inauditos e incalculables que se reparten entre los partidos en
disque disputa. José
Vasconcelos en 1929 dejó constancia de las intromisiones de nuestros
vecinos en nuestros asuntos internos, cuando fue avisado en Tampico por
el representante del imperio, que él no podía ganar la presidencia, a lo
que Vasconcelos respondió que ya la había ganado por la multitud de
seguidores que tenía en toda la república, “El Maestro” deseaba a toda
costa el retorno de Quetzalcóatl y la muerte de los huitzilobos
partidarios de Huitzilopochtli. Afirmaba
y era un verdadero convencido de creer que los problemas del país
derivaban de las acciones de los malos políticos y no de obstáculos
socioeconómicos y culturales como se insistía. El
triunfador de aquellas turbias y muy sospechosas votaciones fue Pascual
Ortiz Rubio, hombre gris y sin ideas propias a quien apodaban “Don
Pascualito” pues era simplemente una caricatura que tuvo que abandonar
muy pronto la silla presidencial por faltarle tamaños. Pero
por supuesto que ante tal atraco electoral no podían faltar los
asesinatos, y Germán Del Campo, fiel seguidor del Maestro, fue
cobardemente acribillado.
Al
Maestro Vasconcelos y al vasconcelismo les falló defender de manera
adecuada sus ideales permitiendo que los bribones ensuciasen la realidad
de aquellos entonces. La
fuerza del ejército y el poder de los generales fue muy superior. Su
plan de Guaymas no le funcionó, se refugió en los Estados Unidos y
nuestro Ulises Criollo se auto aniquiló abandonando al supuesto país de
la Raza Cósmica.
No
hablemos del sexenio de los economistas, sabios y neoliberales que
primero hicieron de lado al Dr. Sergio García Ramírez y después al
medallista Belisario Domínguez, inaugurando el México moderno de los
asesinatos, robos, atracos, devaluaciones, monopolios, prestanombres,
saqueadores y de inmensas pérdidas para nuestro país.
Y desde ahí, una larga cadena de mediocres dirigentes que ni la pena vale mencionar. Estamos por entrar a otra nueva disputa por el supremo poder del país. El
clima sociopolítico económico, prevalece turbio, opaco sin luz, con
mucha nubosidad, sin visibilidad, al parecer no sigue nada, siempre lo
mismo: los monopolios continuarán, los hombres ricos se harán más ricos,
seguiremos teniendo en nuestro país al hombre más rico de la tierra que
no pierde momento para agarrar más y más, el partido de las trampas
retornará al poder, la mafia crecerá porque ha ganado la guerra y así,
más bla bla bla y bla, como lo he hecho hoy en este texto de solo bla
bla bla y más bla.
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