Por Raúl Díaz Berlanga
Desde
tiempos remotos se ha tratado de indagar si la mente opera como un
recipiente vacio que se llena poco a poco o se tienen algunos contenidos
preestablecidos en la bioquímica cerebral que nos hacen distintos a los
demás pobladores de esta tierra .Hubo quien aseguro que nuestro cerebro
no es una hoja en blanco si no que viene programado con muchos aspectos
del carácter que cada quien posee;
es decir, que por naturaleza estamos determinados por la selección natural .Lo que si sabe en concreto, es que el ser humano se mueve en base a especulaciones, independientemente de sí está preestablecido o no; esto es, que supuestamente damos por hecho que las cosas existen sin tener fundamento alguno, o parcial en algunos casos, y emitimos una conducta verbal nada más por que emitimos sonidos. Es lo que se conoce semánticamente como especulación.
es decir, que por naturaleza estamos determinados por la selección natural .Lo que si sabe en concreto, es que el ser humano se mueve en base a especulaciones, independientemente de sí está preestablecido o no; esto es, que supuestamente damos por hecho que las cosas existen sin tener fundamento alguno, o parcial en algunos casos, y emitimos una conducta verbal nada más por que emitimos sonidos. Es lo que se conoce semánticamente como especulación.
Vivimos
en la época de las grandes especulaciones. Todo lo suponemos, incluso
basados en muy pocos datos apegados a la realidad. La cosa es, que en
nuestro país hemos transitado ya casi doce años de malos tratos,
exigencias indignas, imposiciones, ineptitud, abusos y muy malas
decisiones. Esto es una realidad. Sin embargo, alejados de esa
realidad, es que muchos se pusieron a especular sin tomar en cuenta la
gran mayoría de los datos con los que se contaban: El país requería de
nuevos enfoques, de modificaciones, de reformas, de ajustes, de
instalarnos en la modernidad de una buena vez por todas. Esas metas, no
han tenido, ni tuvieron lugar alguno, todo lo contrario, no fuimos, ni
hemos sido capaces de alcanzar el cambio que la población civil votante
se imaginaba y anhelaba tan ansiosamente. No entendimos los hechos
reales: NO HABIA EXPERIENCIA PARA GOBERNAR, NI LA PREPARACION REQUERIDA
PARA HACERLO. Eso, ahora ya sabemos que era un hecho, una realidad, no
una simple especulación. A ese cambio le falto solidez y estructura
para que no solo se alcanzara lo anhelado, ,sino una conducción
política que brindara estabilidad a todos. No hubo ni la madurez, ,ni la
experiencia, ni la preparación necesaria para permitir que los hombres y
las mujeres en el poder, pudiesen llevar a cabo los ajustes,
modificaciones y reformas que tanto anhelábamos todos. Es una realidad,
no un supuesto, supuesto que esto es lo que nos ha conducido a todos los
mexicanos , a ser testigos asombrados de una debacle nacional, donde a
últimas fechas, lo único que cabe es nuestra desgastada y empobrecida
nación, es la especulación…
Habremos
de tomar como años verdaderamente difíciles a aquellos en los que reina
y prevalece una multitud de comentarios que a muy poco conducen: que si
por no haberse ganado las elecciones de manera clara y contundente, los
mexicanos nos encontramos divididos y en polarización, que los datos
que nos ofrecen las estadísticas financieras de ninguna manera obedecen a
la dirección que se le otorga a los dineros en cada una de las familias
mexicanas. Que todos nuestros políticos son títeres de un juego
siniestro y perverso de fuerzas extrañas al país que pretenden
arrebatarnos nuestras riquezas naturales y energéticas. Esas imágenes y
pensamientos e ideas, no tienen sustento alguno. La realidad es que
nuestros dirigentes han caído en una gravísima y delicada lucha por el
poder, en la que no les importa de manera alguna ,lo que pudiese suceder
con nuestro destino como nación. Y esto no es una especulación, es una
realidad, porque esas personas reunidas para legislar, lo que tiene que
sacar a flote a México , no logran ponerse de acuerdo ni en lo más
mínimo y sustancial. Por supuesto, que todo ello da lugar al mercado de
las especulaciones y es la inexperiencia e ineptitud de nuestros
gobernantes, lo que continúa siendo una realidad, lo que da lugar a que
intereses obscuros, de personajes de antaño, nada bien acreditados,
empiecen el juego perverso de una nueva especulación que ahora nos viene
a presentar a todos los mexicanos, como enfermos de “grandeza” sin
explicar y fundamentar claramente en que pudiese basarse la aparición de
tal enfermedad especulativa…
Las
especulaciones se concluyen muy fácilmente, se piden las explicaciones
de manera clara y contundente y si los datos no se tienen ,porque no
existen, porque son simples especulaciones, entonces se procede a llevar
a cabo una amonestación para todos aquellos que medran con la
especulación y más que orden promueven la desorientación y la confusión.
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