Por Raúl Díaz Berlanga
Dimensionar
las posibilidades de los individuos en los países tercermundistas o en
vías de desarrollo o subdesarrollados o como se les quiera llamar,
siempre ha resultado de una gran dificultad.
Nos
la pasamos reconociendo ,glorificando, ensalzando a todos aquellos que
no se lo merecen o que han hecho pocos meritos o que inclusive
desempeñando puestos públicos se les glorifica como si de héroes se
tratara y más bien solo se han dedicado al desempeño de sus actividades
devengando exorbitantes sueldos y por supuesto con cargo al erario
público, proveniente del pago de impuestos de todos los ciudadanos; pero
auténticos méritos, no los tienen, no existen en sus trayectorias.
Por
otra parte, una de las principales tareas en nuestros países
tercermundistas, es el descarte de todos aquellos que resultan ser
diferentes y que por no entendérseles se juntan todos los iguales se
confabulan y los atacan sin misericordia. Tambièn se ha otorgado
reconocimiento a personajes siniestros, pero que algún mèrito han
tenido en beneficio de sus semejantes. Pero, ningún glorificado se
salva, todos están mal, y quizás es por ello que nuestros empobrecidos
países, les resulta muy difícil alcanzar un pleno y continuado
desarrollo.
Es
característica latinoamericana, no reconocer al otro, sino excluirlo,
no respetar sus principios, no respetar sus derechos, no reconocer sus
valores, no permitirles tener una vida digna y de sano reconocimiento y
alabanza. Se enfocan todas las energías al descubrimiento de las fallas
al señalamiento de los errores, a la puntualización de lo mal hecho,
como si fuese una obligación el acertar siempre y no ser perfectibles.
Es algo muy arraigado en nuestras culturas, es un modus opernadi, casì
eterno.
Un
país se hace con los aciertos y errores de sus ciudadanos. Las
trayectorìas tanto sociales como individuales son a largo plazo y muchas
veces eso dificulta la valorización o reconocimiento de los mèritos,
hay que saber esperar, para evualuar y aquilatar. Un proceso social ,
requiere de tiempo, requiere de momentos de incubación de una dinámica
que se va construyendo y gestando paso a paso, momento a momento. Las
sociedades somos producto de un proceso interminable rumbo a una madurez
definitiva, para volver a dar principio a un ciclo nuevo, distinto, muy
diferente. Claro que puede haber resultados inmediatos y a corto plazo,
pero siempre son y serán los menos. La dinámica social requiere de
hacer uso de una temporalidad; hay que ordenar y estructurar esos
procesos, para modificar y tratar de implantar modificaciones y algunos
nuevos conceptos. Muchas veces, implantar un solo concepto en nosotros
mismos, requiere de hacer un buen uso del tiempo, de análisis ,de
reflexión, para un día tomar decisiones que modifiquen o transformen
nuestras trayectorias, nuestros desempeños en los entornos en los que
nos desenvolvemos. En una familia, esa labor, requeriría de más tiempo
para tratar de modificar un solo concepto en su estilo de transitar en
el arduo camino de la sobrevivencia. Una transformación profunda
familiar ocupa varias generaciones. No se hable de una nación entera que
trate de modificar conceptos arraigados en sus maneras de vivir, de
percibir, de procesar y traducir un proceso cultural heredado por años y
años de un arduo caminar de sociedades antecesoras.
Los
héroes son alabados, festejados y muchas veces hasta bendecidos por
generaciones que ni siquiera los conocieron y de los cuales solo tienen
informaciones vagas e imprecisas de hsitoriadores, suponemos bien
intencionados; esos héroes son personajes instalados en el pasado que a
muy pocos perjudican en el presente y quizás es por eso que se les alabe
tanto, se les glorifique y santifique, pues bien se sabe que muy poco
daño harían, bien muertos están y solo se les toma como pretexto, la
mayoría de las veces ,para festividades ,días de asueto o de larguísimos
puentes vacacionales. Pero por supuesto, que los primeros en protestar
si estuvieran en el presente, serian ellos ya que sus luchas, sus
esfuerzos, sus mèritos estuvieron encaminados a alumbrar y dignificar a
un mejor mundo pero que de seguro, serian los primeros y màs
sorprendidos, ya que sus esfuerzos no fueron entendidos o fueron
tergiversados, al ser aplicados a la realidad que todos vivimos. Habría
que aceptar con mucha pena que sus luchas fueron estériles y que al
estar con nosotros, no les quedaría sino aceptar que nos han vuelto a
encontrar tan estúpidos e idiotas como en alguna vez nos conocieron.
Instalados
en pleno siglo XXI ,ante situaciones de verdadero riesgo en las
naciones latinoamericanas, los lideres mediocres no se les ocurre otra
alternativa más que la del descarte y el desprestigio para impedir a
toda costa que se produzcan los cambios que el fluir de la vida marca e
indica y esto ya se ha convertido en una constante eterna de la
existencia misma de la mayoría de nuestros empobrecìdos y atrasados
pueblos. Se trata de eternas luchas y rencillas grupales, para tratar
de impedir que otros con ideas nuevas y distintas, puedan proponer un
orden real al desorden existente.
Nuestros
países desolados empobrecidos y lastimados viven eternamente el circulo
del infierno, donde no existe posibilidad de desarrollo alguno, donde
no existe la posibilidad de la renovación. Mentes conservadoras, se
enfrentan a cada momento, dentro de un continuo eterno, un
enfrentamiento contra mentes renovadoras y liberales, en un desgaste de
lucha sin cuartel que impide la búsqueda de nuevos horizontes.
Las
declaraciones inoportunas de nuestro líderes, lo único que provocan es
un atraso, un desasosiego, un desbalance a lo ya muy golpeado y casi
destruido, que son nuestros paìses. Parece que lo vivido en otros
momentos, no solo no ha sido entendido, sino ni siquiera visualizado.
Vivimos momentos de desordenes, de inseguridad de violencia exacerbada y
se arremete con declaraciones irrespetuosas, ofensivas y
recriminatorias en contra de otro grupo de personas para quienes no se
cita por nombres, ni se dan datos fidedignos de la serie de acusaciones
que se les imputan. Esto no es más que una clara muestra de que no
acabamos de aprender de los errores que cometemos y que en cambio dejan
muy claro que se es ciego ,absurdo, rencoroso y venenosos al hacer en
una serie de señalamientos públicos internacionalmente, colocando al
país, a todos los nuestros en una posición sumamente desventajosa y con
grandes posibilidades de intervenciones ajenas en nuestros asuntos
internos. ¿ No fue eso, lo que precisamente hizo Porfirio Diaz en su
dictadura al entrevistarse con el periodista James Creelman y que a
final de cuentas nos condujo a una guerra entre los mexicanos y al
asesinato de Madero y Pino Suarez yel ascenso al poder del borracho,
pendenciero y asesino de Victoriano Huerta?
De
muy poco podrá servir el aliciente brindado a toda la nación, por esos
compatriotas en la inauguración de los juegos Panamericanos, tan
esplendidamente realizada, si los que pueden hablar por todos nostros,
lo único que hacen con sus declaraciones, es estar poniendo en riesgo a
las grandes mayorìas que realizan sus mejores esfuerzos para poner en
alto el nombre y prestigio de nuestra ya muy castigada Naciòn
latinoamericana.
Si
podemos convertirnos en superiores. Si podemos ser mejores material y
espiritualmente. La muestra ya se diò en Guadalajara. Rompamos con el
atraso y mostremos de nueva cuenta al mundo, que sòlo estaremos,
temporalmente, en manos de un grupo de sinvergüenzas que se sienten
héroes y desean a toda costa pasar a la historia como falsos mesias y
redentores de nada.
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