viernes, 20 de enero de 2012

DIA TRAS DIA

Por Raúl Díaz Berlanga


Es la hora del descenso, el occidente recibe al padre nuestro de cada día. Ha cumplido su función y su responsabilidad eterna. Mañana nuevamente en el oriente porque en verdad nunca se oculta, siempre está presente. Somos hijos de la luz, qué
duda cabe, cumplamos como nuestro padre iluminando todas nuestras acciones y actividades. Somos todos eternamente, hijos de su reino .Hemos sido todos sus muertos y seremos siempre todos sus vivos

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