domingo, 22 de enero de 2012

EL AGORA

Por Raúl Díaz Berlanga


El Agora allà por los siglos IV y V constituìa un espacio abierto donde la gente debatìa sobre polìtica, discutìa leyes, intercambiaba ideas y reflexiones. La Academia de Platòn por ejemplo o el mismo Liceo del ilustre e inmenso Aristòteles.

Las abadìas, eran muy distintas, eran lugares oscuros, ocultos, frìos, donde el silencio era obligado. Se alumbraban con velas y olìan a humedad y a tinta. El rasgar de las plumas en los pergaminos, era lo ùnico que irrumpìa ese silencio sepulcral. Quièn no recuerda como ejemplo, la hermosa pelìcula "En nombre de la Rosa, basada en la novela de Humberto Eco?
Aquella Europa Medieval, donde los monasterios eran los principales centros de sabidurìa de entonces, donde los escribas monjes: Copiaban, decoraban, iluminaban, clasificaban y encuadernaban a lo largo de todas sus vidas, cartas, papiros y còdices. Documentos guardianes de una gran parte de la cultura que aùn nos sostiene en nuestros dìas. Las bibliotecas monacales, se convirtieron en un excelente escondite para resguardar el conocimiento de la època y la informaciòn de aquellos tiempos.

A finales del siglo XVII, algunos reyes europèos, inteligentemente, se abocaròn, pese a su absolutismo, a conciliarse con las grandes ideas de los pensadores màs audaces de su època y todo, para colocarse a la vanguardia del progreso en sus sociedades. Fue asì que pudìmos conocer el contenido de algunos perseguidos filòsofos iluminados: Voltaire. Por ejemplo.

Los monarcas, pedìan a esos hombres que trasladaràn sus tratados y teorìas a la pràctica. Eran asesores de los reyes, que vivìan en las suntuosas, glamurosas y ostentosas cortes europèas. Aquellos, inteligentes dirigentes reales, convirtieròn varios de sus palacios en espacios dedicados al arte y al estudio. Descartes, fue el intelectual guìa de Cristina de Suecia. Voltaire, gran faro de erudicciòn y sabidurìa, fue asesor y consejero de Federico II de Prusia, quièn lo defendìa de sus màs acèrrimos enemigos.

Hoy los filòsofos, los pensadores, operan desde sus estudios o desde centros educativos y desde ahì, no sòlo piensan y aportan ideas complicadas, tambièn tratan de orientar y recomendar cuestiones pràcticas para resolver el dìa a dìa al igual que lo anunciaba el oràculo de Delfos, en aquella bellisima y muy avanzada Grecia: "Conocete a tì mismo". O Sòcrates:" Hacemos el mal, porque no sabemos hacer el bien".

Hace unos dìas, mi desesperaciòn era tanta por ver todo lo que sucede en el mundo, por tanto problema sin soluciòn alguna, que me parè de mi humilde escritorio y me fuì a caminar a la playa...En mi transitar rumbo al mar, atravesè por una pequeña granja  de unos campesinos, y fue cuàndo se me ocurriò preguntarles a algunos animales que ahì se encontraban, como veìan lo que nos sucedìa a los humanos: "¿ Còmo y cuàndo empezò el mal en el mundo? De què se trata todo esto? ¿Cuàndo tendrà fin tanto absurdo?" Esto se lo preguntè, a un caballo, a un ganzo y a una vaca. Y registrè muy bien todas las respuestas: Un relincho, un graznido y un mugìdo!!!

Nuestras Agoras modernas, tienen que estar ahì, en las universidades, donde se encuentran los crìticos, los verdaderos pensadores, donde se respira la libertad, donde se pueden reivindicar los jòvenes estudiosos. Ese es el espacio de las utopìas necesarias, de la innovaciòn y el progreso. Por què nos estamos tardando tanto?!?!? Tendremos que continuar dialogàndo y preguntàndoles a los animales???

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